La finalidad de los relatos semanales aquí presentados son de análisis y reflexión para nuestros estudiantes. Por tal razón, todo el contenido de los textos es ficticio y cualquier parecido con la realidad es coincidencia.
Me tiré el ICFES
Por: Freddy A. Salazar
– Me va a echar mi papá de la casa cuando vea mi puntaje ICFES, le dijo Valentina a su amiga Mariana, – mi puntaje es terrible.
Mariana la miró con algo de incredulidad, pues no pensaba que su mejor amiga pudiera sacar un puntaje más bajo que el suyo.
– Yo saqué 258 puntos Valentina, no creo que hayas sacado menos, además, después del colegio siempre decías que te ibas a estudiar a la casa.
Valentina soltó una estruendosa carcajada y respondió:
– Mi puntaje fue de 216 y obvio que no llegaba a la casa a estudiar, generalmente llegaba a la casa a escuchar música, a ver televisión o a pegarme del celular.
– Y entonces de que te quejas, respondió Mariana, – sino estudiaste pues era obvio que te iba a ir mal.
– Si lo sé, pero todos en el colegio decían que el examen era muy fácil, solo leer y ya.
Mariana, que no era muy estudiosa, pero sí muy hábil en las cosas de la vida, le respondió a su amiga tratando de tranquilizarla:
– Mira, lo que debes hacer es decirle a tu papá que hay personas como la EPA Colombia y La Liendra que no tuvieron que estudiar para ganarse la vida y son muy exitosas hoy en día.
Lo que antes era risa se convertiría en lágrimas para Valentina y dos de ellas comenzaron a rodar por sus hermosas mejillas blancas.
– ¿Me estás diciendo que soy tan bruta que no voy a poder ingresar a una universidad?
En ese momento Mariana sabía que la había embarrado con su amiga y con algo de sonrojo contestó:
– No, para nada Valentina, solo que pienso que si no naciste para el estudio te puedes dedicar a ser una influenciadora o también puedes pensar en la política, muchos de ellos estudiaron en universidades de garaje o falsificaron sus títulos y ganan muy bien.
– ¿Encima piensas que debo volverme una delincuente? contestó muy enojada Valentina y levantando su maleta se dispuso a abandonar aquél lugar.
– Nunca me vuelvas a hablar, ok., le dijo Valentina a su amiga, – voy a estudiar para el examen ICFES y a demostrarte a ti y a los demás que me puedo ganar la vida de manera honesta.
Valentina se quedó sola, pensando en que lo de su amiga debía ser un enojo pasajero, pues desde que la conocía nunca le había gustado esforzarse por conseguir nada, y, muy seguramente, éste no era el momento de empezar a cambiar eso.
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