Para un país sin mucha educación como el nuestro, no fue extraña la noticia de la ONG Transparencia Internacional al afirmar que ¨Colombia ocupa el puesto 96 dentro de un listado de 180 países medidos en percepción de corrupción¨.
Por Freddy A. Salazar.
Alguien podría sentirse orgulloso de que nuestro país no sea tan corrupto como Siria, Sudán del Sur o Somalia, pero coincido con la mayoría de ciudadanos al decir que el mal que más aqueja a Colombia sin lugar a dudas es la corrupción y con ella la pobreza y desigualdad.
Esperar a que se pronuncien sobre este flagelo quienes nos gobiernan es por todo utópico, pues muchos de ellos se benefician de este fenómeno y no harán nada por cambiar lo que está, cabe recordar que un fiscal anticorrupción está hoy en la cárcel por corrupto, pero preocupa, que la academia (quien forma o tiene a cargo la educación de los futuros profesionales de nuestro país) no ha hecho algo significativo en relación al tema, no convoca a mesas abiertas, seminarios o congresos para que académicos de distintas facultades y estudiantes aborden este flagelo y puedan entre todos dilucidar posibles soluciones; tampoco se dispone por ejemplo de una cátedra obligatoria “anticorrupción” o similar, en donde se puedan discutir ampliamente los casos más sonados de corrupción de nuestro país, nada que tenga que ver con la desgastada materia de ética profesional (que no ha servido para nada), o al menos esperaría uno la suspensión pública de los títulos otorgados por ellos a quienes son hallados culpables de este delito, un escarnio de este tipo sería por todo vergonzoso.
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La pregunta es, ¿por qué a la fecha son tan pocos los colegios y universidades que se pronuncian sobre el tema? La respuesta no es otra distinta a que muchas instituciones públicas y privadas del país se benefician o han beneficiado directamente de este fenómeno. Con facilidad encontramos que algunos dueños de universidades se encuentran presos por temas de corrupción, algo similar sucede con los colegios, principalmente de barrio, donde el dinero es más importante que la construcción de una sociedad libre, pensante y equitativa, y ni que hablar de la educación No formal e Informal, a quienes en la mayoría de los casos, les asiste una preocupación por atiborrar salones recurriendo a todo tipo de argucias con tal de generar dinero que resulta desde mi punto de vista algo similar a la corrupción.
De esta manera, no se vislumbra un buen futuro para nuestro país, legisladores corruptos, jueces corruptos, empresarios corruptos y ahora educadores corruptos, son una amalgama que hace suponer un final nada alentador, en especial para las personas con más necesidades. Por ahora, lo que nos queda por hacer a quienes aún no nos ha corrompido este sistema, es abogar por un buen juicio y propender por una sociedad más justa y equitativa, esto lo podemos hacer desde nuestra profesión, puede llegar a ser un camino difícil, pero no imposible, es importante pensar en nuestros hijos quienes merecen un mejor país.