Los estudiantes vagos y los estudiantes pilos (1 parte)

Los estudiantes vagos y los estudiantes pilos (1 parte)

La pandemia ha dejado en evidencia muchas inconformidades con el sistema educativo colombiano, el uso de las plataformas virtuales, los profesores, el material pedagógico, entre otros, conlleva a que tengamos estudiantes con desempeños académicos realmente bajos, sin embargo, en el afán de culpar siempre al modelo educativo, terminamos dejando de lado el papel de los padres de familia y de los propios estudiantes, los padres de familia asumiendo en ocasiones una creencia errónea de que la única responsabilidad que les asiste  es el cumplimiento con la pensión del colegio y los estudiantes vagos quienes aducen su falta de interés en las materias impartidas porque a lo que ellos aspiran (en muchos casos) es a crear empresas, ser influenciadores, cantantes de reguetón y otras actividades similares que les permitirá devengar millones de pesos.

Por: Freddy A. Salazar

El tema no se trata de si estas actividades pueden o no permitirles un sustento de vida, sino el facilísmo con el que puedan llegar a ver la vida, la vida podrá ser bella, pero no es fácil. Así que la culpable no puede ser ahora la virtualidad, hay que buscar también a otros responsables cuando de educar de forma consciente se trata, basta recordar que la educación es un medio que permite la formación de individuos críticos y responsables frente a la sociedad además del desarrollo permanente de la misma, de ahí su importancia. Por todo lo anterior voy a colocar como ejemplo a dos tipos de estudiantes, los “vagos” y los “pilos”, ambos dentro de un mismo contexto educativo, pues independiente del estrato o sitio geográfico de la institución educativa, siempre los habrán, ustedes deciden con cual de ellos se identifican.

Los estudiantes vagos

A este tipo de estudiante no le enseñaron desde niño el sentido de la responsabilidad frente a los compromisos adquiridos, muy seguramente sus padres viven quejándose de la situación del país en el que viven sin tomar partido sobre el papel que les compete, llegan tarde a todas sus citas y reuniones y viven excusándose siempre: “porque viven lejos”; “porque no les han pagado”; “porque la ruta pasó antes” y lo peor es que nunca admiten su responsabilidad sobre lo que sucede en su entorno mientras con su mal ejemplo educan a sus hijos. Es por esta razón que los pequeños terminan acomodando las frases escuchadas por sus padres dentro de su entorno escolar: “yo no sabía que eso era para hoy”; “no pensé que había que terminar el trabajo de la clase”; “profe eso es mucho trabajo”; “profe se me olvidó hacerlo”; “eso fue lo único que encontré”; “se me quedó en la casa” y cuando pierden la pelea con alguno de sus profesores, les basta recurrir a alguno de sus “amados” padres para excusarlos y hacer que su pereza sea remediada. Entonces, escuchamos a sus padres decirles a los profesores: “usted le tiene envidia a mi hijo”; “cómo no le va a creer al niño”; “este colegio solo piensa en el dinero”; “voy a ir al Ministerio”; “los voy a demandar” y un sinnúmero de expresiones que solo buscan salvaguardar al estudiante vago. Vale la pena decir que la mayoría de los profesores prefieren rendirse y evitar un problema “mayúsculo” por lo que optan por dejarle al chiquillo repetir la tarea o presentar después la evaluación de clase, por cierto, algo muy desmotivante para el estudiante pilo o responsable.

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Por estos días, las frases de los vagos se han acomodado a las circunstancias y bajo la complicidad burlona de sus padres se oye cuando dicen: “el internet es muy malo en mi casa”; “profe lo oigo entrecortado”; “no tengo señal”; “profe se fue la luz y por eso entro hasta ahora”. Hay que reconocerlo, son vagos y nada los hará salirse de su zona de confort, el problema de estos muchachos es que a lo sumo pueden aspirar a realizar las mismas actividades de sus padres o conformarse con un día sin IVA para salir a comprar un televisor con su tarjeta de crédito, lo peor de este tipo de estudiantes es que siempre van a contribuir con aquellas instituciones milagrosas e inescrupulosas que ayudan a obtener metas sin el mínimo esfuerzo, una frase que no olvidaré jamás fue la de “sino pasas la Nacional te devolvemos tu dinero”, frase que se popularizó y que enriqueció a muchos mercaderes de la educación ya que significaba no hacer nada por un cupo a la Universidad Nacional con la promesa de devolverles el dinero de su inversión, en un país con estudiantes “pilos” o educados este tipo de instituciones jamás hubieran existido..

Continuará…