Un preICFES no es un negocio – Microrelato

Un preICFES no es un negocio – Microrelato

En estos días que me encuentro en atención de estudiantes, he podio escuchar toda clase de preguntas que realizan acerca del programa preICFES, se nota una gran preocupación por cumplir sus metas, sueños y aspiraciones, muchos por ejemplo, tienen un gran deseo por obtener un muy buen puntaje porque de esto va a depender ingresar a la Universidad Nacional o a otra universidad de calidad, por eso me molesta tanto que algunas instituciones (NO todas) se valgan de engaños con tal de vender y llenar sus arcas, olvidando por completo el bienestar de la educación dentro de una sociedad, la Educación NO es un negocio, es un servicio, y por eso, la idea de atiborrar aulas (ahora virtuales) a como de lugar es por todo injustificado. Aprovechando mi gusto por la escritura decidí escribir esta segunda historia de ficción, que pretende mostrar que un preICFES no es un negocio, es un servicio.

Por: Freddy A. Salazar

 

“COMO MORCILLAS”

– Don José, pero en este salón solo caben 50 estudiantes. Afirmó Fulgencio a su patrón, al ver que este venía con otras dos sillas en sus manos.

– No me importa, si quiere voltee las sillas para que queden mirando hacia la pared, colocamos el tablero de lado y hacemos que quepan unos 5 chinos más, esto toca “como morcillas”

– ¿Pero esos no son muchos estudiantes? Preguntó Fulgencio, que de Programas PreICFES no tenía mucha idea.

– Hermano, esto es un buen negocio y hay que sacarle la plata al chino como sea, póngase a pensar en lo siguiente, si fueran 50 estudiantes en este salón los que pagan $1.000.000 son $50.000.000 que me entran, y de esos 50 estudiantes que les vaya bien a 3, son suficientes para colocarlos en mi página, ahí escribo, “Estos 3 fueron los mejores” y todos felices.

– Pero Don Gustavo, replicó Fulgencio, es que usted no tiene un solo salón, tiene como 50 salones y muchos horarios de clase, podría tener aulas con menos estudiantes y prestar un mejor servicio, mire que pensar solo en dinero es malo para la salud.

Don Gustavo, que hasta ese momento se había mantenido tranquilo, estremeció aquél edificio con un tremendo grito:

– Usted no me va a enseñar nada de este negocio, llevo muchos años trabajando así y hasta ahora nadie me ha dicho lo que debo y no debo hacer. Fuera!

– Pero Don Gustavo…

– Fuera, le he dicho.

El bueno de Fulgencio no tuvo otra opción, que salir de aquél lugar, en lo único que pensó fue en los cientos, o quizás miles de estudiantes que confiaron en Don Gustavo y perdieron su dinero, pero a su hijo, le buscaría una opción diferente, al fin y al cabo, un preICFES, no es un negocio.

 

Te puede interesar: 3 razones para escoger a IDAE